Qué aprenderás en este blog
La gestión eficiente de un almacén es vital para cualquier empresa que maneje productos físicos. Las zonas de un almacén, cuando están bien diseñadas y organizadas, pueden marcar la diferencia entre una operación ágil y rentable o un proceso lento y costoso. En este artículo, exploraremos las claves para optimizar cada zona de tu almacén y mejorar tu logística.
Diseño y layout de un almacén eficiente
El diseño del almacén es la base sobre la que se construye toda la operativa logística. Un buen layout permite que la mercancía fluya sin obstáculos y que los operarios trabajen de forma segura y productiva.
Factores clave en el diseño del almacén
El espacio disponible, el tipo de mercancía y el volumen de trabajo son factores que determinan cómo debe organizarse un almacén. Cada zona debe tener el tamaño adecuado según las necesidades de la empresa.
La importancia del flujo de mercancía
El flujo de mercancía debe ser lineal y sin cruces para evitar cuellos de botella. Los productos deben moverse de forma lógica desde la recepción hasta la expedición, pasando por las distintas zonas del almacén.
Optimización del espacio vertical
Aprovechar la altura del almacén con estanterías adecuadas permite almacenar más mercancía sin aumentar la superficie. Esta práctica mejora el uso del espacio y reduce costes.
Tipos de zonas en un almacén
Un almacén bien estructurado cuenta con varias zonas especializadas. Cada una cumple una función específica dentro del proceso logístico.
Zona de recepción
La zona de recepción es la puerta de entrada de los productos al almacén. En esta área se descargan los camiones y se verifica que la mercancía recibida coincida con los pedidos realizados.
La recepción es un momento crítico, pues cualquier error en esta etapa puede afectar a todo el proceso posterior. Por eso, esta zona debe contar con espacio suficiente para manipular la mercancía y realizar las comprobaciones necesarias.
Zona de almacenamiento
La zona de almacenamiento es el corazón del almacén, donde los productos permanecen hasta que son solicitados. Esta área suele ocupar la mayor parte del espacio y puede organizarse de distintas formas según el tipo de artículos.
Las estanterías deben estar dispuestas de modo que faciliten tanto el almacenaje como la posterior preparación de pedidos. La altura, anchura y profundidad de las estanterías dependerán del tipo de mercancía y del sistema de manipulación utilizado.
Zona de preparación de pedidos
En la zona de preparación de pedidos, los operarios recogen los artículos necesarios para completar los pedidos de los clientes. Esta actividad, también conocida como picking, puede consumir hasta el 60% del tiempo de trabajo en un almacén.
Una buena organización de esta zona reduce desplazamientos y agiliza la preparación de pedidos. Los artículos de alta rotación deben ubicarse en lugares de fácil acceso para minimizar el tiempo de recogida.
Zona de expedición o salida
La zona de expedición es el área donde los pedidos ya preparados se agrupan, embalan y etiquetan antes de su salida. Esta zona debe estar cerca de los muelles de carga para facilitar el trabajo.
En la expedición se realiza la última verificación antes de que la mercancía salga del almacén, por lo que es importante contar con sistemas de control que eviten errores.
Zona de carga y descarga
La zona de carga y descarga es donde los camiones y otros vehículos se posicionan para entregar o recoger mercancía. Los muelles deben estar diseñados para facilitar estas operaciones y adaptarse a los distintos tipos de vehículos.
El número de muelles dependerá del volumen de carga y descarga diario. Es recomendable separar los muelles de entrada de los de salida para evitar cruces de flujos.
Zona de almacenamiento en volumen
En la zona de almacenamiento en volumen se guardan grandes cantidades de un mismo producto. Esta área sirve para reabastecer la zona de picking y suele utilizar sistemas de almacenaje como estanterías de paletización.
El acceso a esta zona puede ser menos frecuente, por lo que puede ubicarse en áreas más alejadas de las zonas de trabajo diario.
Zona de picking
La zona de picking contiene los productos de alta rotación, aquellos que se solicitan con más frecuencia. Esta zona debe estar diseñada para facilitar la recogida rápida de artículos.
Las estanterías en esta área suelen ser más bajas y accesibles, permitiendo que los operarios recojan los productos sin necesidad de equipos especiales en muchos casos.
Zona de devoluciones
La zona de devoluciones es donde se reciben y procesan los productos devueltos por los clientes. Esta área debe permitir la inspección de la mercancía para determinar si puede volver al stock o debe ser descartada.
El tratamiento adecuado de las devoluciones es clave para mantener la calidad del inventario y reducir pérdidas.
Organización de las zonas de un almacén
La distribución de las zonas dentro del almacén debe seguir la lógica del flujo de trabajo, minimizando desplazamientos y evitando cruces innecesarios.
Relación entre las distintas zonas
Las zonas de un almacén no son islas independientes, sino que están relacionadas entre sí. La ubicación de cada una debe tener en cuenta su interacción con las demás para optimizar el flujo de trabajo.
Por ejemplo, la zona de recepción debe estar cerca del almacenamiento en volumen, mientras que el picking debe estar próximo a la zona de preparación de pedidos.
Ubicación estratégica según el flujo de trabajo
El flujo de trabajo en un almacén suele seguir una secuencia lógica: recepción, almacenamiento, preparación y expedición. La distribución de las zonas debe respetar este flujo para evitar movimientos innecesarios de la mercancía.
La importancia de la recepción y la expedición
La recepción y la expedición son los puntos de entrada y salida de la mercancía, y su buen funcionamiento es crucial para todo el proceso logístico.
Procesos clave en la zona de recepción
En la zona de recepción se realizan varias actividades importantes: descarga de camiones, verificación de la mercancía, control de calidad y registro en el sistema. Cada una de estas tareas debe estar bien definida para evitar errores.
La información recogida durante la recepción debe ser precisa, ya que alimenta al sistema de gestión del almacén y afecta a todas las operaciones posteriores.
Gestión eficiente de la zona de expedición
La zona de expedición es donde culmina el proceso logístico dentro del almacén. Una gestión eficiente de esta área asegura que los pedidos lleguen a los clientes en tiempo y forma.
El embalaje, etiquetado y agrupación de pedidos son actividades clave en esta zona. También es importante la coordinación con las empresas de transporte para optimizar las rutas de entrega.
Optimización de la zona de almacenaje
La zona de almacenaje debe estar diseñada para maximizar el espacio disponible y facilitar el acceso a los productos cuando sea necesario.
Sistemas de almacenamiento
Existen diversos sistemas de almacenamiento, desde estanterías convencionales hasta sistemas automáticos. La elección dependerá del tipo de mercancía, el volumen de trabajo y el presupuesto disponible.
Las estanterías convencionales son versátiles y permiten el acceso directo a cada palé. Los sistemas compactos, por su parte, aprovechan mejor el espacio pero limitan el acceso a los productos.
Criterios para la ubicación de productos
La ubicación de los productos en la zona de almacenaje debe seguir criterios lógicos como la rotación, el tamaño o el peso. Los artículos más solicitados deben estar en lugares de fácil acceso, mientras que los menos demandados pueden ubicarse en zonas más alejadas.
Seguridad en el almacén
La seguridad es un aspecto fundamental en cualquier almacén, tanto para proteger a los trabajadores como la mercancía.
Medidas de seguridad para los operarios
Los pasillos deben tener el ancho adecuado para el paso de personas y máquinas. Las zonas de trabajo deben estar bien iluminadas y señalizadas. Es importante también contar con equipos de protección individual según las características del trabajo a realizar.
Protección de la mercancía
La mercancía debe estar protegida contra robos, incendios y otros riesgos. Los sistemas de vigilancia, alarmas y control de acceso son herramientas útiles para este fin.
También es importante el control de las condiciones ambientales, como temperatura y humedad, especialmente para productos sensibles.
Tecnología aplicada a la gestión de zonas
La tecnología puede mejorar significativamente la eficiencia en todas las zonas del almacén.
Sistemas de gestión de almacenes (SGA)
Un SGA permite controlar en tiempo real la ubicación y el estado de cada producto dentro del almacén. Estos sistemas facilitan la trazabilidad y optimizan los procesos de preparación de pedidos.
Con un ordenador central y terminales móviles, los operarios pueden recibir instrucciones precisas sobre qué productos recoger y dónde encontrarlos, reduciendo errores y tiempos de búsqueda.
Automatización de procesos
La automatización de ciertas tareas puede aumentar la productividad y reducir costes a largo plazo. Desde cintas transportadoras hasta robots de picking, existen múltiples opciones según las necesidades y el presupuesto de cada empresa.
Indicadores de eficiencia por zonas
Para mejorar la gestión del almacén es necesario medir el rendimiento de cada zona mediante indicadores específicos.
KPIs para la zona de recepción
Algunos indicadores útiles para la zona de recepción son el tiempo medio de descarga, el porcentaje de errores en la verificación y el coste por línea recibida.
KPIs para la zona de almacenaje
En la zona de almacenaje se pueden medir factores como la ocupación del espacio, la rotación del inventario y la precisión del stock.
KPIs para la zona de preparación
Para la zona de preparación son relevantes indicadores como el número de líneas preparadas por hora, la tasa de error en el picking y el coste por línea preparada.
KPIs para la zona de expedición
En la expedición se pueden controlar métricas como el tiempo de carga, el porcentaje de pedidos completos y el coste de embalaje por pedido.
Conclusión
La correcta distribución y gestión de las zonas de un almacén es fundamental para lograr una operativa eficiente. Cada zona cumple una función específica dentro del proceso logístico y debe estar diseñada para optimizar el flujo de mercancía.
La tecnología, los sistemas de almacenamiento adecuados y la formación del personal son herramientas que ayudan a mejorar el rendimiento de cada zona. Sin duda, invertir en la optimización del almacén es invertir en la competitividad de la empresa.
Gracias a una buena planificación de las zonas, es posible reducir costes, minimizar errores y mejorar el servicio al cliente, tres objetivos clave para cualquier operación logística.
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